Día del profesor
Almas amorosas y divinas,
Que las más selectas bendiciones de Dios y de los maestros sean con todos vosotros. Aprovecho esta oportunidad para orar por ustedes y enviarles mis mejores deseos en la celebración del Día del Maestro, cuando homenajeamos a estos profesionales de la educación.
Originalmente, esta fecha se celebra en el cumpleaños del Dr. S. Radhakrishnan, el segundo presidente de la India independiente. Fue profesor de filosofía en la India y en el extranjero. Más tarde se convirtió en estadista y luego en presidente de la India. Como maestro, quiso que hubiera un día dedicado a los maestros de la humanidad en general, ya los de la India en particular.
Los niños y sus maestros son la base del futuro de la civilización humana. Los niños son como arcilla blanda y los maestros como alfareros. Los niños son como rocas ásperas y los maestros son los escultores. Los maestros tienen la habilidad y el talento para formar a estos niños como ellos quieran.
Honrar y respetar a los maestros es nuestro deber. En la cultura y civilización de la India, los maestros son tenidos en la más alta consideración. Reyes y emperadores dejan sus tronos y se inclinan a los pies de sus maestros.
Un maestro derrama su corazón, alma, mente e intelecto con alegría. Después de los padres, los profesores ocupan un lugar importante, ya veces incluso más que los padres. El sacrificio de un maestro no es menor que el de un padre. Los padres dan a luz un cuerpo vivo; los maestros dan el segundo nacimiento de luz y amor. Los padres cuidan el cuerpo de sus hijos con alimentos y apoyo hasta que puedan cuidar de sí mismos. Los maestros cuidan el corazón y el cerebro de los niños para hacerlos mejores personas. Un maestro moldea el destino de un niño, así como el de la nación y la humanidad con la educación adecuada.
En el pasado, la educación la impartía un maestro de forma gratuita y la sociedad lo trataba con honor y dignidad. En la cultura india, la educación debe transmitirse como un don divino. El conocimiento debe ser libre y transmitido a otros que sean capaces de recibirlo, percibirlo, practicarlo y transferirlo con refinamiento a los demás. El conocimiento nunca debe comercializarse como una mercancía.
El mundo actual es verdaderamente caótico. La educación se ha comercializado y todo tiene valor de mercado. Es lamentable. Es deber del maestro y de la sociedad redefinir las metas de la vida.
Es hora de que nos planteemos enseñar a los niños más valores humanos y espirituales para hacer del mundo un lugar mejor.
Mi amado maestro, me inclino ante ti desde el fondo de mi corazón. Humildemente les pido que ignoren la carrera por el dinero. Si bien el dinero es necesario, debemos ser faros de luz para inspirar, motivar y guiar a los niños pequeños hacia valores más elevados. Puede haber resistencia, pero con la fuerza de tu carácter, tus valores triunfarán.
En este día especial, me inclino ante mis padres, quienes fueron mis primeros maestros. Me inclino ante todos los maestros que me enseñaron directa o indirectamente. Estoy orando por toda la humanidad y toda la creación.
Con amor,
Prajnanananda