Almas amorosas y divinas,

Que las más selectas bendiciones de Dios y de los maestros sean con vosotros. Aprovecho para orar por ustedes y enviarles mis mejores deseos con motivo de Pesaj (15-23 de abril de 2022) y Pascua, celebrada este año el 17 de abril.

La Pascua judía y la Pascua cristiana ocurren casi simultáneamente y son hermosas ocasiones para celebrar.

Los judíos eran esclavos en Egipto y Moisés los liberó de la miseria por intervención divina. Moisés se dio cuenta de la miseria de su pueblo y recibió la orden del Señor para que fueran liberados de la esclavitud y el sufrimiento. Persuadió al rey para que liberara a su pueblo y se solidarizara con los israelitas. Fue una tarea difícil desde ambas perspectivas. Después de haber logrado convencer al rey, su propia gente se llenó de dudas y creó un verdadero caos.

La esclavitud proporciona cierta seguridad en términos de alimentación y vivienda, pero permite un mínimo de alegría, constituyendo así una forma de miseria que se transmite de generación en generación. Los que siguieron a Moisés encontraron la libertad y la tierra de leche y miel. Espiritualmente, la esclavitud es la esclavitud de los órganos de los sentidos y de la mente con sus males. Liberarse de la esclavitud es vivir en la tierra en amor, paz y perfección.

La Pascua es la expresión del amor, del perdón y de la inmortalidad del Ser. Jesús amó y perdonó a quienes intentaron dañarlo, lastimarlo e incluso crucificarlo. Pero demostró la inmortalidad del Ser a través de su resurrección y probó a la humanidad que el cuerpo es propenso a la muerte pero el alma es inmortal.

Al principio, sus seguidores experimentaron dudas y miedo.

La naturaleza humana de los seguidores de Moisés y Jesús es la misma. La duda, el miedo, la frustración, la inseguridad, etc., son debilidades humanas comunes. La fe y la constancia no son fáciles de encontrar. Todos los años celebramos la Pascua judía y cristiana. Reflexionemos cuidadosamente sobre el significado de estos dos eventos en relación con la esclavitud y la inmortalidad.

¿Somos dueños de nuestras vidas o esclavos de la mente y los sentidos?

¿Somos conscientes de la mortalidad del cuerpo y de la naturaleza transitoria de la vida, así como de la inmortalidad del Ser?

La vida es una oportunidad para celebrar el amor, la inmortalidad y la belleza en nuestros pensamientos, palabras y acciones. Que recordemos las vidas y enseñanzas de Moisés y Jesús, que sigamos firmemente sus pasos y que seamos sinceros en el camino de la espiritualidad.

Con amor,
Prajnanananda